Wednesday, March 28, 2007

Lynn





Quienes me conocen bien sabrán que uno de mis pocos traumas de niño es el peluquero. Hasta alrededor de los doce años fui (más bien me llevaban) donde Johnny, un loco gordo de bigote que por luca y media le cortaba el pelo a todo el mundo igual, corte militar. Lo odiaba, por lo que mi primera emancipación fue naturalmente de peluquero. No me acuerdo la edad pero comencé una incesante búsqueda de este fundamental personaje hasta que encontré a uno que me atendió hasta pocos días antes de venirme.
Mi preocupación por encontrar a un peluquero era entonces natural. De hecho, postergué tan importante tramite hasta que en mi barrio me comenzaron a saludar como un “brother” más (vivo en un barrio afro-americano). En ese momento me dije, David, ya es hora de buscar un peluquero acá.
Bueno, hoy fue la tercera vez que voy al peluquero desde que llegue a Estados Unidos y por tercera vez voy donde Lynn, una señora de unos 50 años que para mi era china pero ahora se que es de Vietnam. Tijera en mano, Lynn me saluda con gesto amable y me pregunta “¿le corto como siempre?”
Con menos pelos en la cabeza hoy descubrí varias cosas:

  • En primer lugar, el sueño americano existe. Lynn -que hoy me habló más de lo acostumbrado- me contó que se vino hace 20 años, encontró trabajo y hoy administra su propia peluquería. Gracias a eso da educación universitaria a sus tres hijos, manda dinero a su familia en Vietnam y vive sin problemas económicos. Si eso no es mobilidad social no se que será
  • Dos, aca igual se dan cuenta que uno se corta el pelo, y te lo dicen. No es que sea relevante pero al parecer l@s gring@s no son tan fríos como parecen.
  • Finalmente, me di cuenta que cada vez tengo menos pelo. Claro, tengo mas año y estoy acá estudiando un master que sin duda me ha hecho perder pelo.

No es que el pelo sea tan relevante -después de todo, como decía mi primo Ricardo. “si fuera importante, estaría adentro de la cabeza"- pero igual es fuerte darse cuenta como uno trata de replicar rutinas y personajes que lo hacen sentirse más casa. Asi, en dos meses más, cuando vea de nuevo a Lynn ella me saludará amablemente y yo me reiré pa´ callao cuando me pregunte ¿le corto cómo siempre?

2 comments:

Anonymous said...

David no vi la página cuando teníamos el mismo número de visitasporque andaba en vacaciones en Túnez!! y la conectividad no es el fuerte de ese país, por lo que vi. Vengo llegando y acabo de cachar que tienes muchas más visitas que yo, asi que promociono mi blog en el tuyo... se vienen fotos de "la correa a camello"... besos y manda fruta!

Anonymous said...

Ya se que es atrasado, pero tu sabes por qué no había mirado tu blog! :(

Se lo que significa para ti tu pelo...eso quiere decir, según tus palabras, que te conozco bien?. Mnnn, espero que si.


Un abrazo mi querido Álvarez.

Carolina.

PD: Carolina Muñoz…just in case!